
Dentro del CRS: Cómo se compra una bolsa artesanal
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Cómo se compra una bolsa artesanal dentro de un centro de reinserción social? 🤔 Entrar a un lugar así para hacer una compra no es nada sencillo. Desde el primer momento, hay protocolos estrictos que seguir. En esta tercera parte te cuento mi experiencia paso a paso, manteniendo el misterio de este proceso poco común.
Primero, no puedes entrar con hojas de pedido libremente. 📄❌ Olvídate de llevar tu lista de compras como si fueras a una tienda normal. Cualquier papel extra está prohibido a menos que esté autorizado. Esto me tomó por sorpresa: ¿cómo iba a recordar cada pedido sin anotarlo? Ahí entendí que la memoria y la comunicación previa serían clave. Las reglas de seguridad mandan, y hasta el más mínimo detalle importa.
Además, me pidieron vestir de negro de pies a cabeza. 🕵️♂️ ¿Por qué negro? Porque así son las normas del centro. No puedes llevar colores llamativos ni ropa con estampados; el negro es obligatorio para visitantes. Al vestirme esa mañana, sentí que me preparaba más para una misión encubierta que para una compra común. Cada prenda negra que me puse fue un recordatorio de que iba a cruzar un umbral distinto a cualquier tienda.
Con el atuendo correcto, viene el tema del dinero. 💸 No puedes simplemente meter efectivo en el bolsillo y ya. Para ingresar dinero al penal necesitas un permiso especial llamado “estuca”. Este documento autoriza la cantidad exacta que llevas, ni un peso más. Sin la estuca, el dinero no entra. Tuve que tramitarla con anticipación, indicando cuánto iba a pagar por las bolsas artesanales. Imagina tener que pedir permiso hasta para tu propio dinero: eso aumenta la sensación de estar entrando a otro mundo, uno con reglas propias.
Llegamos a la puerta de revisión. 🔒 Los custodios (guardias) revisan todo: escáner de metal, revisión corporal, chequeo de pertenencias. El corazón me latía rápido mientras un guardia examinaba mi estuca y confirmaba que mi vestimenta era la correcta. Sin hojas extra, todo en regla, me dan luz verde para entrar. En ese momento cruzo el portón y el sonido metálico cerrándose atrás de mí resuena fuerte – ya estoy dentro. Cada paso que doy por el pasillo se siente pesado, mezclando nervios y curiosidad. No hay marcha atrás, estoy a punto de ver cómo se realiza la entrega.
Finalmente, el encuentro con los PPL (Personas Privadas de la Libertad), los artesanos que hacen las bolsas. 🙋♂️👩🔧 en la tienda interna esperas unos minutos y, llega un par de internos con las bolsas terminadas. No puedo evitar pensar en lo surreal del momento: ellos, uniformados y atentos, sosteniendo las coloridas bolsas artesanales que confeccionaron. El intercambio debe ser cuidadoso. le entrego el dinero y ellos me entregan la nota contando una por una las bolsas, Ambas partes somos observadas de cerca, asegurándonos de que todo sea transparente y respetuoso. Un leve asentimiento de cabeza y sonrisas contenidas reemplazan cualquier apretón de manos – aquí adentro, así se hacen los tratos.
La entrega está hecha: tengo en mis manos las bolsas artesanales, cargadas de significado y esfuerzo. 🙌 Pero aún hay más por descubrir. Todo lo que viví hoy fue para compras individuales y pequeñas, siguiendo el protocolo al pie de la letra. ¿Qué pasa cuando quieres comprar “stock”, es decir, en mayor volumen? Esa es otra historia, con giros inesperados que todavía no te he revelado. 🔍 Mantén la intriga, porque en la próxima parte te contaré qué sucede cuando intentamos comprar al por mayor dentro del CRS... lo más sorprendente está por venir. 👀